lunes, 28 de marzo de 2011

tarea

Hará unos quince días, la profe vino con un libro para mí. Martín, que no podía aguantarse de celos, le dijo:
-¿¡No me va a decir que gasta plata en eso?!
Me tomó del brazo y dijo:
- Ojo cómo te referís a tu compañero, eh. Mirá que eso es mi alumno favorito.
Le encanta hacer ese chiste. Me encanta creérmelo.
Pero Martín volvió al ataque. Si no podía herirme, al menos intentaría con ella:
- No entiendo cómo puede a veces gastar la plata en eso-, y señaló el objeto que la profe tenía en sus manos.
- A veces, no. Siempre. Eso es un libro, y gastar plata ....
Después se acercó a mí, me dio el libro y empezó a advertirme:
- Si te vas de traslado...
- Sí, sí, ya sé, quédese tranquila: se lo dejo a alguien acá en el pabellón, así se lo devuelven.
Pero me cortó:
- No. Si te vas de traslado, te lo llevás, al Chaco o adonde sea y, en todo caso, se lo regalás a la persona que creas que lo merece
- ¿En serio?
- No importa a quién: tu novia, un amigo, un compañero, otro preso... Pero a quien vos consideres que va a poner las mismas ganas que vos en leerlo.
Y después nos miró a todos y agregó:
- Eso es un libro. Y no tiene nada que ver ni con el gasto ni con la plata.
Yo no sé cuántas cosas hubiera querido decirle.
Antes de abrirlo imaginaba dedicatorias, pero el libro no estaba escrito. Ahora que lo pienso, me dejó esa tarea: pensar qué dedicatoria escribo cuando lo regale.

jueves, 10 de marzo de 2011

regreso

apenas habíamos atravesado tres rejas cuando nos desviamos de la ruta prefijada: 4 penitenciarios sacaban en camilla a un interno envuelto en frazadas.
"¿Ya empezamos?", dijo alguien.
Qué horror, pensé.
Pensé: Qué recibimiento.

¿Qué esperaba encontrar?, me pregunto ahora.


miércoles, 2 de marzo de 2011

o el fin de la inocencia

Perdí algo que me era esencial, y que ya no lo es más. No me es necesario, como si hubiese perdido una tercera pierna que hasta entonces me imposibilitaba caminar pero que hacía de mí un trípode estable (...) Sé que es sólo con dos piernas que puedo caminar. Pero la ausencia inútil de la tercera me hace falta y me asusta, era ella la que hacía de mí algo encontrable por mí misma, y sin ni siquiera tener que buscarme/C.L.