Después de leer la siguiente nota (cliquear en el recuadro de abajo para acceder):
En el Servicio Penitenciario Federal, dos de cada tres reclusos estudian
me surgieron algunas dudas:
¿Lo único que tiene el sr. Ricagno para decir de nuestra tarea es eso? ¿Por qué habla solo de lAs docentes?
¿Los docentes varones no se involucran? ¿o es que corren menos riesgos?
¿Qué valoración hace este sujeto sobre las mujeres en general? ¿Somos entes que no discernimos, vamos instintivamente de un brazo a otro por termofusión? Si el último párrafo me parece insultante para las casadas, no quiero sospechar lo que piensa de las solteras...
Si para ellos son "alumnos" (como dicen), ¿por qué los llaman "internos"?
Decir que los alumnos están "las 24 horas pensando en el punto flaco de la persona que viene de afuera” ¿no es un poco prejuicioso? Si un alumno piensa en la escuela o (siendo condescendientes con Ricagno) en sus docentes, ¿es porque indefectiblemente está elucubrando cómo arruinarnos la vida?
¿No porque nos extraña? ¿no porque se extraña de conocer gente así? ¿no porque, en ese lugar de violencia y deshumanización, los extraños somos nosotros?
¿Acaso el pensamiento de un alumno no puede estar asociado a la sorpresa o a la duda o a la alegría o (admitámoslo también) al deseo?
No: en la mente del sr. Ricagno el interno solo usa el pensamiento para encontrar nuestros puntos débiles y pergeñar futuros delitos. Así que no nos engañemos: no son alumnos ni jóvenes ni adultos ni sujetos ni personas ni humanos ni vivos ni muertos, son internos: su existencia sólo vale por su condición de encierro.
¿No porque nos extraña? ¿no porque se extraña de conocer gente así? ¿no porque, en ese lugar de violencia y deshumanización, los extraños somos nosotros?
¿Acaso el pensamiento de un alumno no puede estar asociado a la sorpresa o a la duda o a la alegría o (admitámoslo también) al deseo?
No: en la mente del sr. Ricagno el interno solo usa el pensamiento para encontrar nuestros puntos débiles y pergeñar futuros delitos. Así que no nos engañemos: no son alumnos ni jóvenes ni adultos ni sujetos ni personas ni humanos ni vivos ni muertos, son internos: su existencia sólo vale por su condición de encierro.