Siempre es difícil elegir palabras para una despedida. Sasturain empieza Manual de perdedores así:
"Podría comenzar este relato diciendo que uno no puede jubilarse de lo que ama. Ya sea una mujer que nos hipotecó la adolescencia, un líder que nos ganó la vida o una camiseta con el color de la victoria. O mejor: nadie puede jubilarse de los sueños sin enloquecer".
¿Acaso puedo separarme, de un día para el otro, de aquello que durante estos últimos años fue para mí: trabajo, dulzura y alimento?
Soy una convencida de que las ideas y los afectos que circulan por la escuela no se terminan con un ciclo lectivo. Es más, pienso que siguen creciendo. Quizás de otra manera o desde otros lugares, pero crecen y se hacen cada vez más fuertes.
Me gusta dar clases en contextos de encierro. Me voy del Cens de Devoto porque tengo la necesidad de estar y trabajar en proyectos nuevos, más confiables y más amables, en los que pueda creer y crecer, a los que pueda alimentar.
Las pasiones en las que creía cuando empecé la tarea en ese lugar son las mismas que me encienden hoy:
- la literatura como un discurso creador de mundos nuevos
- la mirada crítica del mundo que nos rodea, el inconformismo frente a lo que está mal o podría ser mejor, el rechazo de la injusticia, la mediocridad y la hipocresía
- la lucha por los derechos de las personas.
- la profunda convicción de que el trabajo en educación se construye junto a seres libres y creativos (de quienes aprendo TANTO siempre)
- la alegría como método de aprendizaje y de cambio: la alegría frente a la derrota, la confusión o la desesperanza... ¡siempre la alegría!
Si pude, en este tiempo en el que fui profesora de Lengua en el Cens 24, compartir o despertar en otros algunas de estas pasiones, en verdad me siento reconfortada. Ojalá pueda reactualizar estos fuegos en cada lugar donde trabaje.
Me sostienen mis ideas y las vivencias que me llevo de este lugar. Puro desafío. Puro aprendizaje.
Encontré seres humanos maravillosos, compañeros y alumnos admirables, capaces de luchar por lo que creen justo y necesario. Agradezco tanta generosidad.
Sepan disculpar el tono y las cursilerías...
Mejor poner cuerpo y alma en lo que va a venir:
Un abrazo para siempre.