miércoles, 12 de mayo de 2010

tiempo

Tranquilo, pibe... ¿qué apuro tenés, si estás preso?”, te había dicho.

Qué otra cosa podías escuchar.
No entiende, tipos como ese no entienden de apuros
creen que el tiempo es una cosa para perder o una cosa para matar
porque no entienden nada de pérdidas ni de muertes.
Qué querés...
qué pueden entender,
no saben que el apuro viene de las ganas
de la pasión
de no acostumbrarse
de luchar para que sea distinto
de que no te cansás
ni siquiera con tanto maltrato
con tanta desconfianza
nada de eso te hace retroceder o confiar
en que la cárcel pueda ser un lugar más amable.

Y en el fondo:
qué suerte
porque a veces yo sí siento que me canso
y empiezo a desacelerar
y sospecho de mi forma mis ideas mi tenacidad
y hasta por ahí intuyo que tal vez gente como esa tenga razón
y que quizás sea cierto o certero eso de que no hay apuro
porque total no hay nada que realmente cambie o duela o se mueva o respire o valga la pena.

Así que
qué suerte que tenés apuro
aunque preso
gritando
no aceptando simpatías anhelos complicidades
porque entonces se enciende
otra vez
la sensación
de que no hay tiempo para matar.

Claro que estamos
apurados
porque el tiempo de
la inacción es
el de la derrota
el de la comodidad
el del aburrimiento
el de la costumbre.


Y ni vos ni yo tenemos tiempo que perder.

1 comentario:

  1. No, Gaby, los docentes no tenemos para perder. Siempre "tenemos" a los alumnos tan poco tiempo con nosotros, nunca alcanza. Pero lo que siento siempre que trabajo con vos, como hoy, es que, a veces, el tiempo puede valer doble.

    ResponderEliminar