domingo, 13 de septiembre de 2009

devolución 1

(el que frena zanjones)

Un gigante mitad ogro-mitad duende
porfiadamente crece y lleva
tan alto
más allá del cielo y de las nubes
papeles con los que certifica
-a quien lo escuche-
sus dos o tres únicas inocencias.
Pretencioso va el goliat buscándole hombros a la luna
o arremetiendo la cara oculta de seres interplanetarios.
Ni se enoja ni se cansa.
Sigue.
Suspendido de una soga, de un suspiro,
empecinado crece,
como si nada nos mira desde arriba,
respira hondo y nos tira bocanadas de aire nuevo
-a nosotros, humanitos tan ínfimos, tan mortales-
cada vez que despliega sus ganas y se ríe con descaro de la muerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario