
Ella me advierte:
- Mirá que yo ahora estoy con los poderosos.
Yo pienso: - Me había dado cuenta de que te habías reposicionado. ¿Y con eso qué?
Como si hubiera escuchado mis pensamientos, continúa:
- Pero no creas que eso no tiene su costo.
- Entiendo que sí-, le dije. -Pero estar del lado de los perdedores también lo tiene. Y te aseguro que lo que estoy pagando es más caro.
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