jueves, 23 de septiembre de 2010

felicidad clandestina


Si alguien te dice
'Todo el tiempo que quieras'
te está dando libertad:
la libertad de elegir
cuándo
dónde
para qué


voz de: Alma de día

Acerca del cuento "Felicidad clandestina", de Clarice Lispector

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿cuál es el riesgo?

Realmente, leer tu trabajo me sirvió para pensar dos cosas:
En primer lugar, hizo que en mi mente tomara cuerpo esta idea de pensar el pasado desde el presente. Es una frase muy bonita, muy despampanante, pero muy dificil de llevar adelante con cierto grado de realidad. Digo, sin ser dogmáticos o cerrados, sin monologar.

Y la otra cosa que me hizo pensar es en el riesgo, en la valentía de elegir ser docente a tu manera. Es una hermosa manera, que interpela y que incomoda, que nos obliga a crecer, a pensar... El riesgo es justamente que alguien se ofenda (el fuego, bah) y creo vale la pena correrlo. Qué aburrido sería si no, qué vida al pedo.

A lo Mario Benedetti: gracias por el fuego.

M.R.

martes, 21 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

paro del miércoles y jueves

EL MIÉRCOLES


"La unión hace la fuerza"
"En mi barrio, al que va a trabajar un día de paro lo llaman carnero"
"Yo nunca levanté la mano en una asamblea o algo así"
"Yo estuve en los saqueos del 2001, los ojos rojos de tantos gases"
"¿Ustedes vinieron con los guardapolvos puestos desde la calle, o se los pusieron al entrar?"
"Está bien lo que hacen estos pibes, porque ellos también piensan en las generaciones venideras"

voces varias del módulo 2

sábado, 11 de septiembre de 2010

Con lo que muevas


Con lo que muevas





Cuidado con lo que muevas,


porque todo podría moverse.


Cuidado donde apoyes tus manos,


porque, en todo, podrías dejar tus huellas.


Y no es


que las huellas sean imborrables,


pero son huellas.


Cuidado, en todo caso,


en dónde quieras dejar


tus marcas.


Nada es inocente en el sentido


de que no tenga consecuencias,


y no quisiera que las tuyas


fueran tan inadvertidas, es decir,


que hicieras como si no supieras si te pido que mires dónde te posas


y que no pretendas que no sabías, o no veías.


Cuidado con lo que muevas,


porque en todo podrías dejar tus huellas.


Cuidado donde apoyes tus manos,


porque todo podría moverse,


igual como sigue la vela al viento.


Y no quisiera que digas


que no querías quien te siga


ni te sigan


habiendo fingido que no sabías




cómo todo, hasta el aire virgen de los hielos,


espera un movimiento


ni hay luz sin sombra


ni voz sin consecuencia


igual que sigue la vela al viento


y la vida donde soples


aliento.


Por lo demás,


adelante, por favor.






Luis Pescetti

lunes, 6 de septiembre de 2010

Mudar

Hoy es un día soleado. Va llegando la primavera.
A dos días del mediodía del sábado, del golpe en la reja, la espera y el éxito a 70 pasos de la puerta.

Yoshiro Tachibana

¿Así te recibió la calle, díscolo tigre:
puro aire limpio, domingo con siesta, ojitos al sol?
caminás ¿por dónde?
Recuperando qué: ¿miedos? ¿maneras? ¿sensaciones?
y de qué modo: ¿atolondradamente? ¿de a sorbos sorpresa? ¿cercana alegría? ¿tibia tristeza?
¿Ya viste a tu gente, amigos, amores? ¿recorriste todos los lugares? ¿te abrazaron tiernamente? ¿te esperaban?
¿pedís? ¿corrés? ¿ahijás?
sentís más ¿el perfume? ¿el silencio? ¿la sonrisa?

ganas ¿de qué?

jueves, 2 de septiembre de 2010

Beneficio personal. Imágenes de hoy

Le dije a la coordinadora si podía, con cautela y siempre que la ocasión no resultara desubicada, entregarle una carta al ministro sobre el estado deplorable de la escuela de mi hijo.
Me dijo que a ella no le parecía que se usara el espacio del Cens para beneficiar a otra escuela particular, que ella no lo haría con la escuela de sus hijos.

Eso dijo: beneficio personal.

No hubo clases en el Módulo I.
Sí en el Módulo II.
Sólo yo tenía que ir al Módulo II. Así que fui y di clases hasta las 11.
Con Martín y Fernando, que iban en representación del II, fui hasta el I, donde se hacía el acto.

En el II no hay ventanas. La escalera, el hueco, es todo con rejas y, como en un aula tampoco hay puertas, hay un chiflete que ni te digo.

El esposo de la coordinadora habló durante el acto de quienes no conocen de horarios de trabajo. De quienes trabajan las 24 horas del día. (y de la noche, pensé).
El esposo de la coordinadora mencionó, claro, a su esposa coordinadora.

Sergio me dijo:
-¿No me da ese boleto?
Tenía puesta la mochila, y del bolsillito sobresalía el papel.
-Claro-, le dije y se lo di.
-Con este me voy en libertad-, me dijo.

La coordinadora puso, en la ventana de la biblioteca, el nombre de todos: los profes y los alumnos, los actuales y los que no están, porque salieron en libertad o porque fueron trasladados.

Lejos de formalismos y menciones lacrimógenas, Sergio y Pachu me cargan, me dicen que ahora no me saludan, porque trabajo en el módulo II y me olvidé de ellos.

Seguía el acto y yo charlaba, reja de por medio, no sé bien con qué alumno. Siento que me llaman de atrás, me golpean la espalda. Era el ministro, que se iba y quiso saludarme con un beso. Ocasión ideal para invitarlo. Elijo tratarlo de vos: 
-Fijate si te das una vuelta por el Módulo II, que empezamos a trabajar la semana pasada.
-El próximo lo hacemos ahí-, mintió.

Beneficio personal. Las golosinas del cumpleaños de mis hijos. Beneficio personal. El mate para poder subirlo a las aulas y compartirlo con los alumnos. Beneficio personal. Las galletitas. Beneficio personal. Los poemas. Beneficio personal. Acomodar en los estantes de la biblioteca primero lo de las otras materias. Beneficio personal. Ir a las clases de computación para hacer la revista, para el blog.
Todo eso, claro, sólo para un beneficio personal.

-Usted tiene que estar ahí-, me decía Fer. -¿Por qué está acá atrás, si tiene que estar adelante de todos?
Yo estaba atrás de la reja, atrás del mundo, atrás de los penitenciarios, atrás del llanto de la coordinadora (que trabaja las 24 horas del día y las 24 de la noche), atrás de todo.
No le contesté.
Pero cuando lo vi a Sergio que seguía sosteniendo el boleto como si de verdad fuera su pase a la libertad, lo miré fijo y le confesé: 
-Yo no necesito ver. ¿Sabés por qué? Porque estas imágenes me las llevo en el corazón.
Él seguía cargándome con lo del módulo II y todo eso. Pero yo le decía:
-Escuchá bien porque cuando hablo en serio, hablo en serio. No necesito ver porque me las llevo en el corazón . Y esas son imágenes que no se olvidan.

De la clase de la primera hora, qué bien me cae Castelli. 
-Este infierno es encantador- cantaba hoy.
Una cosa es segura: no somos indiferentes. 

Pregunté a un alumnos sobre Adrián. Me dijo que no era más su rancho. Y que estaba vago, que por eso estaba faltando a la escuela.
¿Vago? 15 años le dieron. 
Voy a pasar por la reja o por el pabellón para hablar con él. Me lo prometo. Beneficio personal, como quien dice.

lunes, 23 de agosto de 2010

(como) Empezar de nuevo

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Empiezo de nuevo:
hoy, lunes, empecé en el módulo nuevo.
Ni bestias salvajes ni salvajes unitarios.
Salvajemente solitarios, uno por uno, fui nombrándolos, pura individualidad, tan frente a mí, mesa blanquísima para reflejar cualquier franqueza, tan dulcemente cada nombre caía, desnudo, sobre las palabras: Castelli, el del pabellón tan políticamente incorrecto, con una sonrisa que no puede disimular su increíble alegría por estar, haciendo siempre, algo distinto, mirando nomás, hablando casi en otro idioma; Gastón, tez morena y ojos claros, deteniendo el tiempo cuando pinta la carátula de Lengua con el único marcador que había llevado... ¿quién más?: Abelardo, el más grande, puro hablar correcto, la voz de la experiencia, la sabiduría que dan los años; Hernán, al que todo raye se le hace carne en su relato infantil; Nico, el (único) que no perdió el nombre ni la sonrisa ni las ganas...
¿Qué me gustó?: que se me fuera tan ciertamente el miedo, que entrara tan rápidamente en confianza, que tan alegremente respondieran a mis chistes.... ¿qué más?: que quisieran colgar unos mapas “o algo así, para darle al espacio más onda de escuela”.
Leímos “El hijo de la maestra” y otra vez les encantó. Tengo que llevarlo a Incardona. Tengo que llevarlo. Tengo que llevarlo.

domingo, 22 de agosto de 2010

Causas


No vaya a ser que un día me acostumbre
o que me canse
o que me duela tanto
que no vuelva


para no ver
no estar
no sentir.




Por eso escribo.

viernes, 20 de agosto de 2010

Usos del Condicional

El condicional puede expresar :

posibilidad o probabilidad vista desde un pasado. Ejemplo:
  • Tenía 13 años cuando caí por primera vez. Los jueces me mandaron a un Instituto no por la peligrosidad del delito sino del entorno. Pensarían que eso era lo mejor para mí.
... pero puede estar referida también a un momento futuro. La perspectiva entonces no sería pasada, sino presente:
  • Yo no te robaría.
puede expresar polémica en un tiempo lejos del presente:
  • Me arrepentiría automáticamente.
y expresa (forma atenuada) ruegos y deseos de forma cortés:
  • Y te invitaría a tomar un café.
voz del tigre díscolo